Soy mamá.Algo que muchas veces vi imposible o muy lejano. No tenia cercanía con los niños, ni las guaguas, bueno hablo del apego que muchas mujeres tienen ese que les hace andar con la muñeca de cabra chica para todos lados y creyéndose mami enana. Yo nunca fui así. Mis amigos eran hombres y lo mas cercano a la niña " rosada" fue andar en patines, pero de muñecas nada.
Lo mas cercano y toda una experiencia fue ser Tía lo recuerdo latente, tenía 10 años. todos pensaban que eran mis hermanos, y cuando nació Constanza la ( segunda), que era mi hija ( tengo 5 sobrinos en total). Era bien divertido eso, la pasábamos genial, andábamos para todos lados juntos unos chiches para mi. Las amigas de la Cony me decían ella es tu mama?, sonaba bien cool, pero estaba lejos de convertirme en ello.Osea, no!
Entre tanta historia y cuento que me leí cuando chica, esos donde todo es rosado y maravilloso ( cosa que aun no me pasa), finalmente nació Joaquín. Su nombre por un bailarín y otro cantante. Ambos talentosos.
Una vez soñe con Joaquín antes que naciera, y recuerdo que al verlo fuera de mi panza quedé helada al verlo igual que en mi sueño. Fue nuestro primer encuentro. Mi vida con el ha sido toda una experiencia maravillosa, y digo esto por que, descubrí que el amor no tiene límites, que ese pequeño ser enano que no sabe nada de la vida te mueve hasta las visceras, te saca la sonrisa aunque no quede aliento para nada, que cada día al levantarte piensas que todo estará bien, solo por que te dará un beso y cariño sin pedirte nada solo que estés ahí para el y te das cuenta que es el amor mas puro que has recibido jamás. Eso es vivir, un sentido a toda mi vida, una prueba a mi tenacidad. Maduré de rompe y porrazo, me dio fuerza, alegría, pachorra, me hizo bien. Y así todo fluye muy naturalmente como Joaquín, el es así también.
El sabe que como mamá le doy todo y que si hay algo que nunca le faltará soy yo. Quiero que crezca con el rigor de jugársela en la vida, que ame lo que haga y que sea un ser libre, sin ataduras, sin caretas. La verdad soy una consentidora, lo sé no soporto el castigo por que para mi los seres nos entendemos mejor a través de la libertad y el respeto, prefiero el disfrute. Ahí, no siento culpas. Mi día es una vorágine, y el es parte de un proceso, no es relegado. Eso lo convierte en un niño apasionado, que ama lo que tiene y que seguramente elegirá algo que lo mueva tanto como a mi para hacer en la vida, aunque eso le signifique sacarse la cresta todos los días.
Aveces somos un espejo en humor, gestos o situaciones. Eso es increíble, igual somos unos desordenados, pero que nadie se confunda: aunque parezca que soy una mama muy racional, me gusta apretar, abrazar, jugar y besar. Es divertido por que lo que mas le gusta hacer a mi hijo son magias y hacerme reír.
Finalmente la nuestra es una relación apasionada, muy de carne y sangre, es un amor tan grande, tan profundo, tan potente, que me hace tiritar, da miedo incluso... miedo de no estar.Y quiero darle la firmeza total para que pueda sostenerse siempre.
esa es mi confesión.